CASA DE ACOGIDA

Una casa de acogida es donde confluyen, como los afluentes que van a parar al Guadiana, un ramillete de historias de vida en su punto de menos certidumbre, de mayor angustia, de más desesperación y de una última puerta a la que tocar con la ilusión de que te habra doña esperanza. Un hogar donde te proporcionan lo básico indispensable para sostener una vida decente, un derecho universal y una oportunidad para seguir adelante. Una cama, ducha y comida caliente; y toda la humanidad, dignidad y compañerismo que casi nunca vemos en los que egoistamente ahí afuera nos pensamos que tener muchas cosas y al momento, es tenerlo todo. Minusvalorando así lo inmensamente rico que se es cuando se está infinitamente agradecido con lo poco o mucho que te da, quien te da todo lo que puede, todo lo que tiene. Ayer me tocó la lotería, la inmensa suerte de conocer de primera mano muchas realidades que obviamos mirando para otro lado, o que incluso, de forma ruin y miserable llegamos a tergiversar para que nuestro discurso de miedo disfrazado de odio cale, en quien como los vocingleros, carecen de un baño de humanidad donde experimentar lo que significa el valor de los verdaderos valores, esos, que supuestamente, nos deberían hacer marcar diferencias con los animales. Hace un tiempo que intento, muchas veces sin conseguirlo, ya que son muchos años entrenando a jugar a lo contrario, opinar, discutir o argumentar solo de lo que vivo, lo que siento, lo que experimento y de lo que participo. Y lo que sucede cuando te limitas a eso es que no hay bulo, toxicidad, mentira o poder maligno que achante tu consciencia y sabiduría. Todos esos prejuicios, creencias limitantes, miedo a lo desconocido y estereotipos se cuelan por el sumidero del lavabo cuando a la mañana siguiente, al despertar, lavándote la cara en un baño de verdad y humildad, entiendes, que al otro lado del reactivo rechazo también está la vida, en su máxima y bella expresión. Como me dijo anoche mi "big brother" senegalés después de un ratito de charla y risas: "HERMANO, AL FINAL TODOS SOMOS IGUALES" Y que puta verdad, y que rabia que aun no la hayamos captado. Eternamente agradecido a la Casa de Acogida Virgen de Las Cruces de Don Benito por abrirse de alma y de puertas, darme agua caliente, comida y una cama para pasar la noche, y que tras esas puertas, sin yo saberlo me esperara una lección, de las que llenan el alma, que espero me sirva para toda la vida. Gracias Jose, gracias Victor y GRACIAS chic@s. Enhorabuena, sois el verdadero camino. Y gracias a quién también colaboró de forma solidaria para que todas estas historias pudieran ser contadas. Freiduría La Flota, la segunda mejor de toda Granada, la primera, lo siento, es la de tu "cuñao" Juanjo 😜, y su "Pescaito". A tu salud Murdock, y para que no te enfades, ayer me pedí en el menú una racioncita de pescaito frito para hacer que la experiencia de patrocinio fuese lo más sensorial posible. Gracias, a la vuelta, prometo pasar a verte.

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