MEMENTO VIVERE

Declaro a esta como la filosofía oficial del camino, ya que poco importa a dónde llegues si no has disfrutado cada paso del mismo. Esta mañana con los primeros rayos de sol he vivido uno de esos momentos que sin tener nada a priori de especial ha sido mágico. Supongo que la luz del amanecer, la brisa fresca de la mañana, un olor dulzón que embriagaba el ambiente y la plenitud que uno siente al sentirse vivo han elaborado esa pócima que me ha hecho recordar que la vida es aquí, conmigo y ahora. Y es que estamos acostumbrados a darlo todo por sentado alcanzando cotas elevadísimas de una prepotencia desmesurada cuando la única certeza es este puto preciso instante, que por cierto, ya no vuelve. Todo esto me ha llevado a valorar esas variables de las que nos creemos eternos dominadores pero que en una décima de segundo echan por tierra toda esa errónea creencia de seguridad del "será", y todo esa falsa sensación de control del "estaré". Y no, no es así, nunca ha sido así, nunca lo será y no lo queremos ver. Cada día escuchamos miles de historias que nos recuerdan que lo que ayer era hoy ya no es. Hoy ya no es, por ejemplo, reserva natural ninguno de los parajes que arden por todo el largo y ancho de la península ibérica, algunos de ellos, varios, a los que yo, he dejado para demasiado tarde, y ya, seguramente, no me dará la vida para pasearlos a todo pulmón, a todo color. Y el planeta será eterno, o no, viendo lo que veo en el camino y lo que me temo que me queda por ver extraño sería que esta madre nos de cobijo y sustento para siempre. Pero mucho menos eterno soy yo, al menos en este plano físico en el que supongo que me hallo. ¿Porque, quién sabe...? ¿Y si mañana ya no puedo ver el tono amanecer o las estrellas que me acompañan en la oscura y silenciosa noche? ¿Y si son mis piernas las que un dia sin previo aviso dicen basta y ya no puedo gozar de la libertad de desplazarme hasta donde mi fuerza interior me lleve sin la necesidad de más combustible ni ayuda extrínseca que la de mi cuerpo, mi alma y mi mente? ¿Y si por el contrario es la mente la que me deja tirado en mitad del camino y me vuelvo dependiente, yo que cada vez gozo más de hacer la paz y la guerra por propia cuenta? ¿Y cuando empiezen a irse toda esta gente maravillosa que me está dando alas, cobijo y manteca, qué será de la humanidad? Otros vendrán. O no, dependiendo de lo verde que sea el pasto que les dejemos, ya que sin verde, no hay pasto, sin pasto, no hay vida y sin vida, nada de esto tiene sentido. Y para terminar quiero agradecer a esta gente anónima de Baena que hoy me ha dado a probar otro buchito de esos de los que aún se puede confiar en la mayoría de seres humanos aunque hagan más ruido los del otro lado. Al tendero del supermercado Tovar por su amabilidad, a los meseros del restaurante Casa del Monte por el trato, el servicio y el detallazo del mantel, y por supuesto, al hospitalero del albergue Ruta del Califato por regalarme un plus de comodidad durante mi estancia en su bonita instancia.

Comentarios

  1. Buenos días sobrino! Cuando tome conciencia de lo que era la vida me daba por decir ... la vida es tan extrañamente irónica que ya veréis que papá se queda sentado en un sillón sin poder subir a la sierra...Y mira tú por dónde...😘 Buen camino!

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