DEIXA QUE O CAMINHO PASSE POR TI

Pues si, yo no estoy pasando por el camino, el camino está pasando por mí. Antes de partir yo ya sabía que quien se iba no sería el mismo que volvería casi dos meses después. Hace 3 años hice mi primer camino en un momento crucial de mi vida y me ayudó, pero nada en comparación con lo que estoy sintiendo, viviendo y experimentando esta vez. Pareciera que el universo me hubiese dado la mano aquella madrugada del 12 de agosto al salir de casa y hasta ahora, espero que ya no lo haga, no me la ha soltado. Cada decisión, cada reflexión, cada elección, cada variante, todo, absolutamente todo, está confabulado para que esa vivencia sea causalmente maravillosa. Y digo causalmente, porque ahora se que nada de esto es cosa de meigas ni de bosques encantados, pero si que el entorno que las acoge invita a pasar al silencio, y este a su vez le da la bienvenida a la intuición, la cual, genialmente orquestada con la conexión extrínseca hacen de cada momento un espacio único de apertura y sentido común, de sentido propio. Ahora que siento que esto se acaba medito en voz alta para que no lo haga, aquí, en esta burbuja mágica las piernas ya no quieren la jubilación anticipada , la espalda ya no pide clemencia y los hombros no sostienen lo insostenible. ¿Será cosa de la cabeza? Pues si señoría si. El contacto con la naturaleza, el ejercicio físico, las bucólicas panorámicas, los buenos hábitos y el merecido y reconfortante descanso hacen que el estado anímico declare cada mañana esa jornada día de fiesta emocional. Ni los días nublos ni la lluvia agotan el ánimo de esta parte final del camino, donde como premio a la constancia, ayer me regaló quizá los kilómetros más bonitos y seguramente recordados de esta inspiradora aventura. Fue en la Galicia profunda y apartándome por unas horas de la ruta establecida, rebeldía senderista que me llevo a tener la inmensa suerte de dormir en el albergue del Monasterio de Oseira, una faraonica obra de arte en mitad de la nada y del todo. Un estímulo visual por la majestuosidad de la edificación y su privilegiado enclave, y auditivo, por el apabullante e imponente silencio que domina de puertas para adentro. El camino pone las sendas, y yo, me dejo llevar por una intuición que cada día, se levanta más a flor de piel. También Ourense madrugó para decirme adiós con la mejor de sus galas...

Comentarios

  1. Solo tengo que decirte una cosa. Arroz tres delicias, rollitos primavera, tallarines y pollo agridulce. 🤣😍

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