PERDÓN POR EL RETRASO...
Pero he llegado a esa línea roja del camino que uno traspasa encantado y deseoso de poner en práctica y al servicio de otr@s todo lo vivido, experimentado y aprendido durante el mismo. Ahora toca conocer, compartir, conversar y reírse de todas y cada una de las disparatadas secuencias que uno vive y presencia durante esta maravillosa y adictiva condena.
Mísma línea roja que conecta las vidas de un italiano de Bolonia, dos madrileñas de Getafe, una polaca de Polonia, y una palentina de Palencia de cuyo pueblo no logro acordarme a estas intempestivas peregrinas horas de la noche. Causalidades de la vida que te llevan a elegir un bar antes que otro, y a que te pique el hambre a la misma hora que tus íntimos desconocidos a los que sin saberlo en el primer vistazo geolocalizador de caminantes estás a punto de descubrir para querer quedarte a su vereda un ratito más de la vida con ell@s. Pasando en cuestión de minutos del cordial y emblemático "Buen Camino", al "vente al albergue con nosotr@s", y mientras tanto en esas nos enamoramos perdidamente los un@s de las historias de los otr@s y viceversa.
Nos podemos contar con los dedos de ambas manos y nos sobran cuatro, aunque ahora nos falte el nexo de unión que hizo posible este loquísimo hermanamiento, gracias Irene, ya te echamos de menos, pero te llevamos. Aquí Almudena, para chinchar, porque le gustan que la llaman Almu, compañera inquieta de litera, se ha lanzado sin bote salvavidas al imprevisible océano Atlántico, dejando atrás por unas etapas su organizada existencia, dale brava que estos tiburones nadan cerca pero no atacan. Te apuesto un botafumeiro a que no te arrepientes. Como dos "botafumeiros" están los de la planta de abajo, gracias universo por ponerlos en mi camino, reir es la acción que hace latir el corazón, entrenador personal del alma. Y est@s dos son de esas atípicas personas que llegan para poner el albergue patas arriba y alegrarte el alma.
Y luego está la polifacética Inka, que fotografía momentos, relata a los cuatro vientos y te enseña que la vida es chula cuando te dejas arrastrar por ellos. Ponte mona y cuídate la garganta, nos vemos en Fisterra.
Aquí cada uno sale cuando quiere, se junta donde encarta y llega cuando puede, pero eso no impide que de la mano vayamos siempre. Mañana más y mejor chic@s, ya veremos cuando, como, y donde. Ahora que
ya hemos cumplido con Santiago, vamos a rematar la faena donde solo llegan, los buenos, los menos, las ovejas negras, los locos...y las mareas.
La última lata y para el Obradoiro.
No es el final, pero si el principio del mismo, ya queda nada, paren el tiempo un ratito que el camino se me acaba.
Tengo que reconocer que en mi pensamiento te llamé loco. Que locura, aunque en el fondo envidiaba esa barbaridad. Madre mía qué experiencia mientras los que hacemos lo que marca la estricta sociedad desearíamos "ser de mayores" como tú. Gracias Jorge.
ResponderEliminar