¡VALIENTE!
Hay pasajes en la vida de un@ en los que el mundo se viene encima y toca dejarse caer, morder el polvo y empezar la recomposición. Ahí, en ese jodido instante es donde resurgen los y las valientes, los que no anestesian ese dolor y deciden acogerlo en sus brazos a pesar de la herida, del daño, del momentáneo sufrimiento... y digo momentáneo, porque al afrontarlo, pasa, más tarde o más temprano, siempre pasa. Brazos propios, también ajenos, que aparecen cuando tienen que aparecer, para darte la mano, el brazo y lo que necesites, para sostener. Es arduo proceso, tremendamente duro, probablemente largo, pero increíblemente sanador y revolucionario. Vas a dejar atrás cosas, lugares, personas, igual hasta una forma concreta de vida. Despedidas que encojen el alma y que te embriagan de pena. Pero es lo que toca, es pura supervivencia, ya no estás ahí, en ese sitio ya no encajas, esa vida ya no te vibra como lo hacía antes y a esa persona maravillosa ya no puedes darle lo que como ser, reclama. No puedes dar de lo que no te sobra o quizá ni siquiera tienes, y cuando a un@ se le enciende la luz de la reserva del cuidado, el amor y la comprensión hay que ser egoista y volcarlo en primera persona.
También te tocará poner límites, y a buen seguro, brutalmente salvajes, ya que es probable que sea esa figura a la que amas incondicionalmente y por naturaleza
la que haya preparado por pura inconsciencia a lo largo de los años gran parte de la receta de este tremebundo cóctel molotov de emociones enquistadas, que han permanecido a la espera del momento idóneo para remover toda tu mierda, haciéndose bola entre el pecho y el estómago, ahí justo donde sentiste la primera punzada, el primer agobio, la primera señal de que tocaba lucha, poner el foco para adentro y tirar de amor propio.
Y ahí estás tú, bro, estate tranquilo y suelta, que no, que no te hundes, que precisamente a las buenas personas como tú le llueven los brazos y los flotadores. Que ahora que vas a mirar a la vida de frente vas a sentir lo increíblemente fuerte que eres, aunque ahora mismo solo te veas frágil y vulnerable, es el peaje, es la peculiar forma que tiene la vida de abrirte los ojos, de darte las pautas, el mapa y la fuerza.
Ya sabes, menos dinero 😜, lo que necesites, cuando lo necesites...
¡TE QUIERO!
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