ÁNGULO MUERTO
Hay veces en la que el orden de los factores si que altera el producto. Primero prejuzgamos, a simple vista. Nos vale una simplista y fugaz ojeada para empezar a dictaminar concluyentes veredictos. Físico, forma de vestir, profesión, color de piel o género son las más habituales, diría que diarias, y en ocasiones varias. Más tarde, si se da la interacción, nos arrancamos con el análisis. Pudiera parecer más objetivo que lo de prejuzgar, pero no se engañen, en rato y medio es imposible conocer lo que hay detrás. Esa intra historia que da sentido y explicación a todo lo que escuchas y observas de esa persona. Persona, repito, que al igual que tú, carga con circunstancias, vivencias y un contexto que se ha esculpido con el tiempo. Lo que ahora observas desde afuera, tras esa distancia de seguridad que todos marcamos en los primeros compases del partido, es a sabiendas de que una confesión en falso nos puede arruinar la existencia sin tan siquiera haber alineado un protector y salvador catenaccio. Y es que solo deberíamos confesar un complejo si sabemos que nos cubrirán la espalda. Espalda que vista no alcanza simplemente con mirar de frente. Requiere de un mirar juntos hacia adentro, es ahí, cuando la pesada mochila aparece, es ahí, cuando se descubren los seres, sin el miedo a lo diferente, a lo desconocido, sin etiquetas, sin influenciarnos por la apariencia, que sólo es eso. Ni por los teneres, que se miden en precio y no en valores.
Quizá, esa mujer que hoy ejerce la prostitución solo recibía amor, atención y cariño cuando siendo niña se dejaba manosear por papá o por el abuelo. Quién sabe, si ese chico gay que hoy vive a la defensiva y con acritud hacia el resto no ha podido más que aprender a base de insultos, descalificaciones y el rechazo de una madre. Como saber nosotros, si ese joven inmigrante que ahora se busca la vida trapicheando y delinquiendo no sufrió antes explotación y acoso laboral por parte de unos sinvergüenzas que ahora son los mismos que lo señalan por ganarse su pan de la única forma que se le ha permitido sin sentirse pisoteado.
Cambiemos el orden, que las respuestas están en las mochilas, y no en eso que catalogamos como la "pinta".

Comentarios
Publicar un comentario