HASTA EL FINAL...

Y hasta donde el faro que ha alumbrado mi camino tenía su base de operaciones. Intervenciones milimétricas del universo que me forzaban a dar el paso correcto en cada momento para vivir, sentir y aprender de todos esos momentos que ahora intento recordar para seros totalmente fiel en lo expuesto, pero que el festival de emociones encontradas por causalidad en todos y cada uno de los kilómetros me condena a dejarlo reposar como hacían las abuelas para que la experiencia sensitiva del comensal fuese memorable a pesar de los enmascarados distractores matadores del genuino sabor de las cosas. Ayer necesité de espacio, de recuperar por unos miles de pasos mi solitud, de echar la vista atrás y rememorar todas esas intersecciones, paradas, fuesen obligatorias o por libre albedrío, llegadas, puestas en marcha y conversaciones mágicas que hube mantenido con todos los moradores de la senda, seres vivos, caminantes, y por supuesto, conmigo mismo. De estas últimas y de una selección mundial de las...